La influenza es una enfermedad respiratoria aguda producida por el virus Influenza. Los síntomas que suele provocar son de mayor intensidad y gravedad que los producidos por un resfrío común. En general la enfermedad es “autolimitada”, es decir, cede espontáneamente al cabo de un par de días, sin embargo, en algunos casos puede agravarse produciendo cuadros de neumonía u otras complicaciones pudiendo incluso ser fatal en la minoría de las veces. Todas estas complicaciones suelen ocurrir en grupos llamados “de riesgo”, dentro de los que se encuentran los adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, niños y mujeres embarazadas. Durante los meses más fríos del año aparecen entre 20 a 80 casos de influenza por cada 100000 personas en el país.

¿Cómo se contagia?

     Habitualmente el virus de la influenza es expulsado desde una persona contagiada por medio de gotitas de saliva que se generan al toser o estornudar. El principal mecanismo es  por medio de las manos que tocan alguna superficie contaminada con secreciones respiratorias de alguna persona enferma que haya tosido o estornudado recientemente. Al llevarse las manos a la cara el virus ingresa a las vías respiratorias de la persona sana.

     El período de incubación (que es el tiempo que transcurre entre el contagio y la aparición del primer síntoma) tiene una duración entre uno a cuatro días. Las personas comienzan a transmitir la infección uno o dos días antes que aparezcan los síntomas y hasta cinco días después de ese momento.

¿Cuáles son sus síntomas?

     En general la influenza se manifiesta de forma rápida. Provoca fiebre alta (sobre 38 grados) que dura en promedio unos 3 días pudiendo llegar hasta una semana. Se acompaña además de dolor de cabeza (cefalea) malestar general, decaimiento o debilidad. Frecuentemente hay romadizo o coriza, dolor al tragar, tos, dolores musculares y en articulaciones que pueden durar hasta una semana. Se describe que en ocasiones puede haber náuseas, vómitos, diarrea, síntomas que son más frecuentes en niños. La influenza puede agravar síntomas de patologías de base del afectado. Es importante diferenciarla de un resfrío común que se manifiesta con secreción nasal, congestión y pocas veces fiebre que en general no sobrepasa los 38 grados.

Tratamiento

    La mayoría de las personas se recuperan espontáneamente solo con medidas generales como el consumo abundante de líquidos, el uso de medicamentos para bajar la fiebre (antipiréticos) y el reposo en cama. En casos más severos pueden usarse antivirales para tratar la infección. Es importante guardar reposo y evitar las visitas de otras personas para no diseminar la enfermedad.

 

¿Cómo prevenir?

  • Al toser o estornudar, cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo desechable, el que luego se debe botar, antes de lavar sus manos. También se puede cubrir la boca con el antebrazo.
  • Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón o usar desinfectantes a base de alcohol o alcohol gel.
  • Evitar el contacto cercano con personas enfermas.
  • Acudir al llamado de la campaña de vacunación contra la influenza que se realiza año a año a nivel nacional y está indicada en todas las personas. Es gratuita para los grupos de riesgo como adultos mayores, niños, mujeres embarazadas y portadores de enfermedades crónicas.