¿Qué es la influenza?

     Es una enfermedad respiratoria aguda, producida por el virus de la influenza. A diferencia del resfrío común, sus síntomas son de mayor intensidad y gravedad. La duración de la enfermedad es “autolimitada”, es decir, mejora sola al cabo de unos días. Sin embargo, a veces puede producir cuadros más graves, como neumonía y otras complicaciones, que con escasa frecuencia pueden llevar a la muerte. Estas complicaciones se dan especialmente en personas mayores, en personas con enfermedades crónicas, en niños lactantes y en embarazadas.

¿Cuáles son sus síntomas?

     Lo más notorio de la influenza es que se manifiesta en forma súbita, sin avisos previos provocando una repentina fiebre alta (sobre 38 grados) la que dura en promedio dos o tres días, pudiendo llegar a la semana. Junto a la fiebre elevada, la enfermedad se acompaña de un cansancio o debilidad que pueden ser extremos, el cual en el caso de los adultos mayores se puede prolongar más allá de lo normal (dos a cinco días). Frecuentemente se presenta también romadizo o coriza.

     También es habitual que la persona sufra de dolor de cabeza en la zona frontal o bien generalizada. Es frecuente el dolor al tragar y la tos, el dolor muscular, el dolor a las articulaciones y la molestia frente a la luz, síntomas que pueden durar más de una semana. En ocasiones pueden aparecer problemas estomacales (como nauseas, vómitos y diarrea) y otitis, aunque estos síntomas son más frecuentes en los niños.