El sueño es esencial para la vida y es la base de numerosas funciones de nuestro cuerpo, como la reparación de los tejidos, el crecimiento, la consolidación

de la memoria y el aprendizaje. Los expertos consideran que dormir menos de 7 horas por noche de forma continuada está relacionado con cambios negativos en nuestro cuerpo: aumentan los niveles de cortisol (hormona que se produce en respuesta al estrés), disminuye la capacidad del organismo de procesar la glucosa (azúcar) y se altera el control del apetito. Este tipo de cambios, pueden observarse en personas cuyo patrón de sueño está alterado debido, por ejemplo, al cuidado de un bebé, trabajo por turnos, una enfermedad o simplemente a un mal hábito de sueño.

Aumento del apetito

En un estudio realizado se observó una relación entre una corta duración del sueño y el aumento del índice de masa corporal (IMC). Dormir pocas horas se asoció a cambios en las hormonas que controlan el hambre; por ejemplo, los niveles de la hormona que disminuye el apetito eran bajos, mientras que los niveles de la hormona que aumenta el apetito eran altos. Los efectos se observaron cuando la duración del sueño era inferior a 8 horas. Esta situación sugiere que la falta de sueño es un factor de riesgo de padecer obesidad. En un estudio realizado en una población masculina y sana, se descubrió que un promedio de 4 horas de sueño se asocia a un deseo mucho mayor de consumir alimentos altos en calorías y con un elevado contenido de carbohidratos (alimentos dulces, salados y ricos en harinas). Por otro lado, otro estudio encontró que dormir menos de 6 horas eleva el riesgo de obesidad en un 30%, y que las mujeres que dormían menos de 5 horas ingerían un promedio de 329 calorías más durante el día. Lo que se traduce en un aumento de peso de aproximadamente 1 Kg al mes.

 

En consecuencia, cuidar nuestras horas de sueño en conjunto con una alimentación saludable y buenos hábitos de actividad física, resulta fundamental para prevenir o revertir la obesidad.

 

Referencias

  • Knutson K.L. et al. (2007). The metabolic consequences of sleep deprivation. Sleep Medicine Reviews 11(3):159-62
  • Spiegel K. et al. (2005). Sleep loss: a novel risk factor for insulin resistance and Type 2 diabetes. Journal of Applied Physiology 99:2008-19
  • Van Cauter E. et al. (2007). Impact of sleep and sleep loss on neuroendocrine and metabolic function. Hormone Research 67:2-9
  • http://okmas.es
  • Artículo publicado por el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC). Food Today 12/2008.

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Artículo Nº 31, 2010.