Tradicionalmente hemos creído, que el papel del padre es menos importante durante las etapas del embarazo, parto y durante la infancia; pues  todo  el énfasis cae en la relación madre-hijo.

     Todos los seres humanos, tenemos la capacidad de desarrollar conductas de protección hacia un ser más débil.  Es por esto, que el padre durante estas etapas, logra de manera exitosa el mostrar ternura hacia el bebé  y cargarlo cuando este pequeño llora.

¿Todos los futuros padres tienen la misma actitud?

     La respuesta es Sí y No, ya que, se observa que muchos hombres toman distintos roles durante embarazo, parto y post parto. Es por esto, que los dividiremos en tres tipos de padres, de acuerdo solamente a sus estilos de reacciones:

  • Padre Observador
    • Es aquel padre que se queda en la periferia respecto del embarazo, aunque esto no quiere decir que no le importe. Está presente, pero no realiza mayores acciones, debido a que tiene un alto grado de control en sí mismo.
  • Padre Reactivo
    • Este tipo de padre, es el que quiere ser participativo durante el embarazo y estar presente durante todos los momentos más importantes del bebé.
  • Padre Instrumental
    • Es un padre que se ve a sí mismo como la persona que ayuda en todo, para que esto salga bien. Por ejemplo, modifica horarios de trabajos, para estar en los controles perinatales, hace arreglos en la casa por la seguridad del bebé, quiere ayudar en el momento del parto, entre otras cosas.

 ¿Te reconoces dentro de uno de estos tres tipos de padres?….

     Independiente de que padre seamos, siempre debemos tener presente que todo este proceso es tan relevante para el desarrollo positivo del bebé. Es aquí donde el momento del parto cobra suma importancia a la hora de la relación padre-hijo. Ya que es aquí donde “se generan la mayor cantidad de conductas adecuadas para el apego seguro del bebé”. Posterior a esto, todo contacto físico que realiza el padre hacia el bebé, debe primordialmente realizarse a través del tacto, interacción verbal y el juego, ya que desde aquí el padre va a promover una  mejor calidad evolutiva en el desarrollo del apego seguro.

¡Derribando mitos!

     Es desde aquí, que podemos decir que el padre, puede ser tan sensible y reaccionar adecuadamente como la madre a todas las señales del bebé. Es más, el padre se vuelve capaz de reconocer al bebé simplemente por su olor, y por ejemplo si tuviese los ojos vendados, por el tacto, ya que el padre logra reconocer a través del tacto las manos del bebé, demostrando una enorme “sincronía interaccional” con su bebé.